Cuando deberías consultar a un/a 

psicólogo/a.



Aunque hoy en día el acudir a una consulta psicológica es cada vez más común, todavía existen  prejuicios que pueden  entorpecer la decisión de hacerlo. El sentirse “el/la loco/a”, “el/la raro/a” por asistir a un/a psicólogo/a, genera dudas y fuertes reticencias a la hora de realizar una consulta oportuna y a tiempo. Otro obstáculo que generalmente se presenta  es la idea de “abrirse”, contar nuestras intimidades, nuestro sufrimiento, frustraciones, confusiones,  es decir, mostrarnos como seres humanos vulnerables, a un/a total desconocido/a. Desconocido/a que muchas veces suele ser visto como un “juez” que dictaminara nuestra “locura”, nuestra fragilidad mental. Cuestión que quizás pasamos mucho tiempo tratando de ocultarla. Esto produce muchos miedos e inseguridades, lo cual hace que se postergue la consulta, por que “mejor se lo cuento a un amigo”.

Hasta que en un momento nos damos cuenta de que no podemos solos, que si bien contar con el apoyo de amigos y familiares es muy importante, no es suficiente, haciéndose necesaria la consulta a un/a profesional.

En definitiva cada persona pasa por un proceso de decisión que difiere mucho de una persona a otra. Lo ideal es que una vez que no demos cuenta de que algo no anda bien en nosotros, no nos demoremos en realizar una consulta. Recuerda que retrasarla  puede agravar tu problema, que atendido a tiempo se hubiera resulto con menos dificultades. Además, la atención que nos ofrece el psicólogo/a consiste en una atenta y neutral escucha que te  facilitará encontrar un lugar especial y reservado donde poder hablar y descubrir lo que te preocupa y como resolverlo.

Sin descuidar las particularidades de cada persona, podemos decir que se debería acudir a una consulta frente a:

• Angustia
• Ansiedad
• Ataques de Pánico.
• Baja Autoestima.
• Bajo Nivel de Tolerancia a la Frustración.
• Consumo de drogas.
• Cronificación de Enfermedades Físicas.
• Depresión.
• Dificultades a nivel de Pareja.
• Dificultades con la Bebida y el Alcohol.
• Dificultades en conciliar o mantener el Sueño.
• Dificultades en la Comunicación.
• Dificultades en su Atención.
• Dificultades en su Concentración.
• Dificultades en su Memoria.
• Dificultades en su Vida Sexual.
• Dolor por la Muerte de un Ser Querido.
• Fatiga crónica.
• Miedos irracionales e inmotivados.
• Necesidad compulsiva de Tranquilizantes o Estimulantes.
• Problemas con su Rendimiento Laboral o Académico.
• Problemas de Comportamiento y Adaptación.
• Sensación generalizada de Malestar.
• Sentimientos de Insatisfacción sin motivos aparentes.
• Sentimientos profundos de Soledad.
• Situaciones de Acoso Sexual, Abuso y Violación.
• Stress.
• Tensión en sus Relaciones Afectivas y/o Laborales.
• Trastornos en la Alimentación (bulimia, anorexia, etc).
• Violencia familiar

Cuando elijas un psicólogo/a, debes estar atento/a a que sea un profesional debidamente capacitado/a. Solo lo/as egresado/as de la Universidad de la República o de la Universidad Católica, son los autorizados para ejercer esta profesión.